El dolor vaginal es una dolencia más común de lo que parece entre las mujeres, que puede darse especialmente entre aquellas que han tenido partos con episiotomía y/o desgarro perineal, que tienen infecciones urinarias frecuentes, o aquellas que han dado a luz vía cesárea y presenten adherencias en la cicatriz abdominal. Y es que, una de cada cinco mujeres que ha dado a luz vía vaginal sufre dolor vaginal durante un periodo de tiempo y, desafortunadamente, muy pocas pacientes reciben la información respecto al origen del dolor y el tratamiento adecuado.
Pero no sólo el embarazo y el parto pueden desencadenar esta dolencia, también hay casos de pacientes con dolor vaginal provocado por el aumento del tono de la musculatura pélvica.
Habitualmente, las pacientes que sufren dolor vaginal crónico suelen recibir tratamiento farmacológico, cuando en realidad en muchos de estos casos el origen de las molestias son las disfunciones musculares del suelo pélvico. Por esa razón, el diagnóstico médico y fisioterapéutico es fundamental para que el tratamiento sea el adecuado.
¿Cómo saber si tengo dolor vaginal crónico?
El dolor vaginal afecta a toda la región de la vagina y el periné. Las pacientes notan molestias en la entrada de la vagina, en las paredes laterales y en la pared posterior. Muy pocas veces el dolor se siente en la pared superior de la vagina. A veces, las molestias irradian hacia abajo, a la zona del periné y el ano.
Si el dolor dura más de una semana y la intensidad no disminuye, es una señal de que deberíamos acudir a una especialista y realizarnos las pruebas pertinentes. En la revisión fisioterapéutica se realizarán las pruebas con un biofeedback vaginal para valorar la fuerza muscular, la capacidad de relajar el suelo pélvico voluntariamente, la elasticidad de las paredes vaginales, y la elasticidad de las cicatrices. Después, la fisioterapeuta nos dará las pautas respecto al tratamiento y/o ejercicio adecuados para revertir los síntomas.
Los síntomas más frecuentes del dolor vaginal crónico son:
- Molestias que se localizan en la entrada de la vagina y en las paredes vaginales.
- Dolor en el tacto (al lavarse, al colocar un tampón o copa menstrual, en revisiones ginecológicas).
- Dolor en relaciones sexuales o después de haberlas mantenido.
- Estrechamiento del canal vaginal (sensación que la vagina está más cerrada).
- Dolor lumbar.
- Pérdidas de orina en el momento cuando vamos al baño.
¿Cuáles son las causas más frecuentes del dolor vaginal?
La zona genital es la parte más sensible de dolor el cuerpo femenino. La mucosa vaginal, anal, el periné, el suelo pélvico, los órganos pélvicos, son estructuras muy sensibles y cualquier cambio en la estructura de estos tejidos puede producir dolor. Entre las diversas causas del dolor vaginal, las más comunes son:
- Cicatrices perineales tras episiotomías o desgarros, producidos en partos vaginales.
- Hipertonía (el aumento del tono muscular) del suelo pélvico.
- Endometriosis (los nódulos de tejido endometrial se sitúan en las zonas pélvicas, muy inervadas, provocando inflamación y adherencias).
- Cistitis intersticial.
- Atrapamiento del nervio pudendo.
- Déficit estrogénico (típico en menopausia y en la edad reproductiva, o por cambios hormonales).
Cómo trabaja la fisioterapia del suelo pélvico el dolor vaginal
En la mayoría de los casos, las pacientes que presentan dolor vaginal crónico al final acuden a la consulta de fisioterapia ginecológica, ya que el tratamiento farmacológico no suele dar soluciones a largo plazo.
Tras la valoración y un estudio del suelo pélvico se programa la rehabilitación, que suele ser diferente en cada caso y requiere de tratamientos personalizados.
Las técnicas de fisioterapia para tratar dolor vaginal se basan en estiramientos perineales para mejorar la flexibilidad y trofismo de la vagina. Se realizan también sesiones con electroestimulación, con un programa específico de relajación muscular. El uso de la electroestimulación en estos casos tiene como objetivo bajar la tensión muscular alrededor de la vagina y el ano.
En pacientes con endometriosis, el tratamiento incluye también las técnicas manuales, vía abdominal y vía vaginal para flexibilizar los ligamentos uterinos, reducir las tensiones en las zonas de las adherencias, y mejorar la elasticidad de las fascias lumbo-pélvicas. Como puedes comprobar, son muchas las zonas de trabajo por lo que los tratamientos deben ser individualizados y adaptados a cada paciente.
La reeducación postural también tiene un papel importante, ya que la musculatura del suelo pélvico está estrechamente relacionada con los músculos abdominales y los de la columna vertebral. El aumento de la tensión en el suelo pélvico suele provocar el debilitamiento en la faja abdominal y en la musculatura postural, así que la mayoría de las pacientes necesitan practicar ejercicios de corrección postural y tonificar la musculatura del core.
Los ejercicios más recomendados son:
- Ejercicios con inestabilidad (con el tronco de propiocepción, bosu, fitball, o en superficies inestables).
Foto 1: Ejercicio en inestabilidad
- Ejercicios hipopresivos.
Foto 2: Ejercicio hipopresivo
- Ejercicios de pilates (evitando todo tipo de ejercicios que aumentan la presión abdominal).
Foto 3: Ejercicio de pilates
¿Qué ejercicios o factores de riesgo debería evitar para prevenir dolor vaginal?
Existen ciertos factores de riesgo y entrenamientos muy habituales que, de practicarse constantemente, pueden favorecer la aparición del dolor vaginal. Estos son:
- Ejercicios abdominales tipo ´crunch´.
- Actividades de impacto con saltos.
- Correr, especialmente largas distancias.
- Estreñimientos.
- Sedentarismo, tabaquismo.
- Obesidad.
- Tos crónica.
¿Qué productos de salud pélvica utilizar para el dolor vaginal?
En paralelo a la ayuda profesional médica, se recomienda que la paciente también utilice determinados productos de salud pélvica para reforzar el efecto del tratamiento.
En mujeres con dolor vaginal, es fundamental mantener una buena hidratación del periné y de la mucosa vaginal. Para combatir la sequedad, picor, escozor y malestar de la zona genital, se aconsejan lubricantes a base de agua diariamente, así como otros productos de higiene femenina como el aceite de rosa mosqueta.
Por otro lado, los masajeadores íntimos están recomendados en los casos de dolor vaginal derivados del vaginismo o la hipertonía del suelo pélvico. Estos dispositivos de silicona sirven para estirar de forma progresiva los tejidos y la musculatura pélvica.
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