Hace siglos, las parteras utilizaban el masaje perineal durante el parto para facilitar la salida de la cabeza del bebé y para disminuir el riesgo de desgarro o episiotomía.
En la actualidad sigue practicándose y está muy recomendada en los países desarrollados. Eso sí, siempre bajo supervisión de un profesional.
¿Qué beneficios tiene el masaje perineal?
Previene el desgarro del periné y/o una episiotomía (el corte vaginal). Precisamente, una de las posibles complicaciones del parto natural que más miedo da. Conviene saber que no está demostrado científicamente que el masaje perineal reduzca el corte vaginal en su totalidad.
Lo que sí es cierto es que masajeando el periné, se ablanda y flexibiliza el tejido. Así, se mejora la circulación y la oxigenación en la musculatura superficial del suelo pélvico. Aún más interesante, sirve para ´familiarizarse´ con la sensación de estiramiento.
Precisamente esto último es lo más relevante porque la embarazada, estirando y presionando su vagina, conoce las sensaciones que sucederán durante el parto. Es lo que los profesionales llaman ´biofeedback´, una herramienta que casi siempre aumenta el efecto terapéutico.
¿En qué situaciones está recomendado?
Este masaje se recomienda a las mujeres en estado de gestación, para prepararse para el parto. También puede convenirles a las mujeres que han sufrido una episiotomía durante el mismo.
En el momento de dar a luz, los nuevos protocolos recomiendan a los profesionales que la episiotomía se realice sólo en estos casos:
- Partos instrumentales.
- Riesgo de la vida del bebé.
- Grandes dimensiones del bebé comparando con el tamaño de la pelvis de la madre.
En otros casos, hay que dejar que el parto fluya. La mujer debería tener la libertad de movimientos, posturas y sobre todo, apoyo en el personal que le atiende.
¿Cuándo se puede empezar a practicar el masaje perineal durante el embarazo?
Puede empezar a realizarse a partir de la semana 35. Es un protocolo estandarizado en toda la Unión Europea, enfocado en evitar el riesgo de un parto prematuro. Además, a partir de esa semana, el periné femenino ya está adaptado a las transformaciones de embarazo y el masaje es más efectivo.
Se aconseja que tu primer masaje perineal sea ejecutado por un profesional (matrona o fisioterapeuta especializada en ginecología), ya que previamente debería examinarse el estado de tu musculatura.
En casos de hipertonía del suelo pélvico, el masaje debería ser un poco más fuerte (estiramiento con más fuerza, más largo).
En casos de incontinencia urinaria gestacional, este masaje se puede combinar con las contracciones de la musculatura pelviana.
Después, la mujer continúa en casa y lo puede realizar a diario (o por lo menos 3 veces por semana). A veces, por el tamaño de la barriga, resulta incómodo realizarlo sola, entonces en este caso se puede practicar en pareja.
Se aconseja que en la primera cita con la fisioterapeuta o matrona, acuda la embarazada junto con su pareja y que aprendan cómo realizarlo.
Cómo preparar una sesión cómoda
Insistimos en que es importantísimo que ya hayas tenido una experiencia previa. Acude a una profesional que sepa cómo hacer estos pasos y con la que entiendas cuáles son las sensaciones correctas.
Para las que ya tengan experiencia y práctica:
- El momento y lugar adecuado: Es un momento para ti y tu bebé. Encuentra un rincón de tu casa donde nadie te moleste y donde te sientes relajada. Recomiendo hacer el masaje después de ducharse con agua caliente, que relajará todo el cuerpo.
- Posición: Lo ideal es sentarse en el suelo (sobre una toalla o una almohada), con la espalda apoyada contra la pared y piernas separadas. Otra posición muy cómoda es de pie, con una pierna apoyada en un taburete. Puedes masajearte con pulgares o con el dedo índice y mediano.
- Higiene: Manos limpias, uñas recortadas.
- Lubricante: Aceite vegetal (rosa de mosqueta, es el aceite especial para este tipo de masaje, tiene propiedades hidratantes), aceite de aguacate o aloe vera. Los encontrarás en herbolarios o en farmacias.
El masaje perineal paso a paso
Masaje perineal externo
Se trata de masajear la parte externa de la vagina.
- Se empieza en la zona entre el ano y la vagina, es una parte muy sensible y susceptible en desgarros.
- Desde este punto seguimos hacia arriba, en ambos lados, y siempre evitando la zona de la uretra.
- El masaje externo lo puedes realizar sin lubricante al principio, para estirar bien el tejido y después con aceite, para hidratar la zona.
Masaje perineal interno
Se trata de estirar y flexibilizar las paredes de la vagina.
- Introduce dos dedos, con aceite (índice y mediano) unos 3-4 cm en la vagina.
- Colócalos en la parte central, abajo, y aprieta hacia el ano.
- Mantén la presión unos 10 segundos y después, despacio, deshaz el estiramiento.
- Repítelo 3 veces.
- Luego, desplaza los dedos hacia un lado. Aprieta hacia ese lado y ligeramente hacia el ano, como si quisieras abrir la pared de la vagina.
- Siempre la presión debería estar realizada hacia el ano (porque es la zona, donde se suele cortar durante el parto).
- Mantén la presión 10 segundos e intenta relajar el punto donde estás presionando.
- Respira muy profundamente e imagina que los tejidos poco a poco pierden su tensión.
- Notarás un escozor, a veces picor. Es la sensación parecida a la de cuando la cabecita del bebé está saliendo.
- Repite el mismo estiramiento en el otro lado, procurando no ir hacia la uretra. Tiene que ser un estiramiento en forma de U.
¿Debería seguir con el masaje perineal en postparto?
Si tu parto era vía vaginal y has tenido una episiotomía, sí. Tras la episiotomía profunda o un desgarro grande, hay una cicatriz, que a veces provoca molestias en el periné.
Es una cicatriz como cualquiera en tu cuerpo, un tejido duro, poco elástico, que provoca adherencias y succiona los tejidos que están alrededor.
La cicatriz de la episiotomía puede ser culpable de dolor pélvico crónico. También provoca dolor mientras orinas, incomodidad durante las relaciones sexuales o falta de sensibilidad en el suelo pélvico.
Antes de realizarlo, deberías acudir a un fisioterapeuta para que te valore. Espera a que caigan los puntos de la sutura y que te indique si no hay ninguna contraindicación.
Se realiza el mismo tipo de estiramientos, pero en este caso, sobre todo en la zona de la cicatriz. Al principio te resultará doloroso e incómodo, pero es una de las mejores técnicas para recuperar la función y la fuerza de la musculatura pelviana. También puedes probar otros ejercicios para el suelo pélvico.