La mayoría de las mujeres somos conscientes que después de un parto vaginal es fundamental valorar el estado del suelo pélvico y trazar un plan de recuperación adaptado a cada paciente. Puede parecer obvio, ya que toda la musculatura perineal sufre grandes distensiones durante la fase del expulsivo y, en algunas ocasiones, se suele realizar una episiotomía que aumenta el riesgo de sufrir alguna disfunción. Sería como sufrir una lesión muscular y no plantearse la rehabilitación. O incluso peor, querer volver al mismo nivel de actividad física sin haberse recuperado antes.
Por suerte, es cada vez más habitual que acudamos a una especialista en uroginecología para que nos paute los ejercicios y tratamientos adecuados para una buena recuperación postparto.
Pero, ¿y cuándo el parto ha sido por cesárea? Un error común es pensar que al no realizarse el expulsivo por el canal vaginal, la musculatura pélvica no ha sufrido. Pero, la realidad es que en el parto por cesárea pueden darse otro tipo de lesiones que igualmente requieren tratamiento pélvico especializado.
¿Por qué deberíamos valorar el suelo pélvico después de una cesárea?
Cada mujer y cada embarazo son diferentes.
Durante la gestación se producen varios cambios posturales que influyen en el tono del piso pélvico. La dimensión de la pelvis aumenta y esta se desplaza hacia delante. Esto puede cambiar la función y/o el tono del suelo pélvico.
Además, el aumento del peso, la producción de algunas hormonas y la disminución de la actividad física, también debilitan la musculatura pélvica. Así que cada mujer embarazada, a partir del segundo trimestre, debería trabajar el suelo pélvico y tras el parto, tanto si es por vía vaginal como por cesárea, continuar ejercitándolo.
Los factores que más afectan al suelo pélvico
Los factores de riesgo en un embarazo que afectan más directamente al suelo pélvico son los siguientes:
- Embarazo gemelar.
- Aumento de peso superior a 20 kg.
- Embarazo de riesgo, que requiere estar en reposo absoluto.
- Diabetes gestacional.
- Embarazo por fecundación in-vitro (con previa estimulación ovárica).
En qué afecta una cesárea al suelo pélvico
1. La cicatriz de la cesárea
Es totalmente cierto que una cesárea no debilita el suelo pélvico igual como un parto vaginal. En cambio, la cicatriz abdominal después de la cesárea requiere una valoración por un profesional y posteriormente ser trabajada. La cicatriz en la piel (la que vemos), aparte de ser fina, tiene que tener buena movilidad, buen color, debe estar libre de adherencias o queloides.
Puede ser que la sensibilidad debajo de la cicatriz se vea alterada o puede ser que no notemos nada al tacto. Una cicatriz molesta, adherida, provocará a largo plazo disfunciones en la musculatura abdominal y suelo pélvico. Incluso hay casos en los que las mujeres notan tirantez en la zona abdomino-perineal, dolor en relaciones sexuales, aumento del tono en las paredes vaginales. Todo ello sucede debido a las adherencias en la cicatriz externa o interna tras las cesáreas.
2. La musculatura abdominal
La musculatura abdominal también estará afectada. Sobre todo, la más profunda, nuestra faja, el transverso abdominal que es el músculo que contiene y sostiene.
El transverso abdominal hace de conexión entre el suelo pélvico y el tronco. Es el más importante en el trabajo de nuestro core. Si está debilitado a raíz de la cicatriz de la cesárea, pueden aparecer prolapsos, incontinencia de esfuerzo, y nuestro suelo pélvico perderá la protección por la parte de la faja abdominal.
3. La musculatura respiratoria
A veces, las mujeres que han dado a luz por cesárea, cambian el modo de respiración al abdominal. El diafragma suele estar contracturado, con el tono más alto, que cara al futuro podría aumentar las presiones abdominales. Si la presión abdominal está elevada, el suelo pélvico es empujado.
Otro factor de riesgo de sufrir un prolapso genital. La reeducación postural, los ejercicios de respiración, trabajo manual, relajación del diafragma, son las técnicas que aplicaremos a cada mujer tras parir por cesárea.
¿Cuáles son los pasos de la recuperación post cesárea?
Lo primero es darse tiempo y descansar. La cesárea es una cirugía y el cuerpo necesita tiempo para regenerarse.
Así que, los más recomendable es esperar al menos 4 semanas para realizar la primera valoración y para comenzar con los ejercicios. Recordad, no empecéis con los ejercicios (aunque sean los Kegels) sin previa valoración fisioterapéutica. Puede ser que el suelo pélvico sea hipertónico y ejercitarlo podría empeorar su estado.
1. Valoración realizada por una fisioterapeuta especializada en ginecología (tras 4 semanas)
2. Trabajar la cicatriz (masajear, hidratar, movilizar)
3. Realizar los ejercicios de suelo pélvico (Kegels, Kegels invertidos, Kegels con bolas chinas o con el biofeedback)
4. Ejercicios para el transverso abdominal (sobre todo, en posturas invertidas, por ejemplo a cuatro patas)
5. Ejercicios hipopresivos
6. Entrenamiento aeróbico permitido: natación, caminar, elíptica o bicicleta
Todas aquellas mujeres que antes del embarazo practicaban deportes de alto impacto, como por ejemplo: correr, saltar, levantar peso, jugar tenis, practicar hípica…
Ahora deberían esperar un año tras dar a luz vía cesárea. Antes de iniciar estas actividades es necesario recuperar el tono del suelo pélvico, faja abdominal y recuperar la estabilidad lumbo-pélvica.
El útero tarda entre 6 y 12 meses en cicatrizar y la musculatura profunda del cuerpo como mínimo 12 meses para regenerarse. Así que aprovechemos lo máximo el primer año tras el parto para estar en mejor forma posible.
De todos modos, si necesitas contar con un profesional que te aconseje cómo cuidar tu suelo pélvico después de un parto natural o cesárea, desde SueloPélvico te ofrecemos la mejor atención posible. ¡Pide cita ya!